ACLARACIÓN IMPORTANTE
Respetables lectores; los contenidos y artículos aquí publicados son responsabilidad de sus autores y no representa necesariamente las opiniones de los editores o propietarios de este sitio web.

Gracias por tu comprensión puebloclic@yahoo.com

Galeria de Arte Tavo Juarez
Franja típica, traje de Loy

miércoles, 4 de abril de 2012

Víctimas de guerra y del olvido

"En 1982 masacraron a mi mamá y otras 15 personas y quemaron nuestra casa, ahora buscamos apoyo porque no hemos recibido ayuda" relató el indígena ixil Jacinto Escobar, que procura un resarcimiento del Estado tras la guerra que asoló a este país entre 1960 y 1996.


“Perdimos nuestra casa porque en esos tiempos las quemaban junto con las personas que había dentro. Gracias a Dios yo no estaba en ese momento y pude esconderme”, añadió Escobar, ahora padre de nueve hijos, desde el noroccidental departamento de Quiché, el más golpeado por el conflicto.

El enfrentamiento armado entre la guerrilla izquierdista y las fuerzas del Estado dejaron en Guatemala 250.000 muertos y desaparecidos, en su mayoría indígenas, con el ejército como responsable de 93 por ciento de los crímenes, según la independiente Comisión para el Esclarecimiento Histórico.

El 29 de diciembre de 1996 se firmó el Acuerdo de Paz Firme y Duradera entre el gobierno y la coalición guerrillera Unión Revolucionaria Nacional de Guatemala, en lo que culminó el proceso de paz en que participó como representante del ejército el general retirado Otto Pérez Molina, presidente del país desde enero.

En los acuerdos de paz impulsados por las Naciones Unidas, se establecieron compensaciones para las víctimas de 36 años de conflicto armado, y pactos especiales sobre derechos humanos y la identidad y derechos de los pueblos indígenas.  Para reparar a las víctimas, el gobierno creó en 2003 el Programa Nacional de Resarcimiento, destinado a adoptar medidas de restitución material, como tierra y vivienda, y de compensación económica y de rehabilitación y reparación psicosocial, entre otras.

Sin embargo, la corrupción, el clientelismo y la utilización con fines políticos de este programa ha puesto cuesta arriba su labor, mientras la mayoría de víctimas aún aguardan por una compensación y otras tantas la reciben pero a medias, destacan informes y activistas humanitarios. ”Aquí el Programa entregó 576 viviendas en 2011 pero a medio terminar. Tuvimos que comprar cemento, hierro, pagar un albañil e incluso acarrear materiales de construcción para terminarlas”, dijo a IPS otro sobreviviente, Manuel Tay, desde el noroccidental departamento de Chimaltenango.

Tay, quien perdió a cinco de sus hermanos durante el conflicto, relató que las casas están construidas de un material “muy sencillo” al punto que “hubo algunas que no tenían ni tres meses y el piso se estaba agrietando”. Para acceder a algún resarcimiento, Tay tuvo que hacer infinidad de gestiones ante organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y formar la Asociación Q’anil, que en idioma maya kaqchikel significa “semilla”.

El activista solo consiguió hasta ahora una vivienda de 36 metros cuadrados de construcción y una indemnización equivalente a 3.600 dólares para él y sus dos hermanos sobrevivientes. Pero eso no es todo. La frustración de las víctimas de la guerra no sería tal, si no fuera por las fuertes denuncias de malos manejos de fondos que existen contra exfuncionarios que trabajaron en el programa.

Falta de transparencia, discrecionalidad y discriminación son parte de las dificultades encontradas en el Programa Nacional de Resarcimiento por una auditoría social realizada en 2010 y 2011 por 19 organizaciones no gubernamentales, algunas de víctimas del conflicto.  ”Hay indicios de corrupción en la implementación de las medidas de resarcimiento, violación del derecho de las víctimas y no existe una política clara, sistemática, pertinente y permanente de atención a casos colectivos e integrales”, señala el informe.

De hecho, 32 comunidades indígenas demandaron en 2011 al Estado guatemalteco ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por no brindar resarcimiento a los sobrevivientes o parientes de víctimas del conflicto armado.  También hay mucho que decir de las medidas de reparación psicosocial y rehabilitación y de la dignificación de las víctimas.

Sergio Castro, del no gubernamental Centro de Análisis Forense y Ciencias Aplicadas, una organización que apoya a los afectados por la guerra, dijo a IPS que desde su creación en 2003 el Programa de resarcimiento se ha enfocado en la restitución material y económica, “quizás en un 20 por ciento del total de las víctimas”.  ”Pero no ha habido restitución de tierras, inversión productiva y reparación psicosocial a mujeres que sufrieron violencia”, que también formaban parte de las medidas contempladas por el programa gubernamental, añadió.

Según el Ministerio Público (fiscalía), solo durante la dictadura del general Efraín Ríos Montt (1982-1983), actualmente procesado por genocidio, 1.485 mujeres menores de edad fueron violadas y 29.000 personas fueron desplazadas a la fuerza de sus hogares.
En ese contexto, Castro considera que la atención psicosocial de las víctimas “es algo fundamental para construir la armonización del tejido social”, sobre todo si se toma en cuenta que “en las comunidades conviven víctimas y victimarios”.

Otros países latinoamericanos, como Chile y Argentina, también implementaron mecanismos de reparación económica y social de las víctimas de la represión de dictaduras militares en el pasado.  También existió el programa alemán de indemnización a las víctimas del holocausto nazi, dirigido a quienes sufrieron la violación a sus derechos y libertades fundamentales, debido a su raza, religión o ideología.

Feliciana Macario, activista de la no gubernamental Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala, dijo a IPS que en el caso guatemalteco “ha habido falta de voluntad” de apoyar a las víctimas de la guerra. La llegada a la Presidencia cuatrienal de Pérez Molina, signatario de los acuerdos de paz y excombatiente del ejército durante el conflicto, no aporta una esperanza de apoyo para las víctimas.  ”Si el presidente es signatario de los acuerdos debe cumplirlos. Pero hasta ahora no podría decir mayor cosa,  Hasta ver cómo tratará el presupuesto para el Programa”, señaló Macario.

De hecho, para 2012 este programa tiene un presupuesto de 10,5 millones de dólares, si bien agrupaciones sociales solicitaron al Poder Legislativo cerca de 40 millones de dólares.  La activista recordó que esta ayuda es muy significativa para los afectados por el conflicto armado, quienes perdieron a sus familiares, viviendas y cultivos.

Añadió que sería de especial importancia la referida al tema psicosocial. ”Es una medida que ayudaría mucho a la superación de toda la violencia que sufrieron miles de personas. Miles de mujeres fueron violadas por el ejército de Guatemala pero nunca han sido atendidas”, concluyó.

Por Danilo Valladares
Fotografia Rodrigo Abd/AP
Fuente Periodismo Humano

miércoles, 28 de marzo de 2012

Poema "Uno de ellos"


Los pobres no tenemos amigos,
sólo compañeros de camino.
Yo cosí mis zapatos viejos
y caminé sin un centavo en los bolsillos.
Sé de las hierbas que se hacen miel
sobre la lengua sin saliva.

Soy de los que caminan
y cada vez más lejos les queda el sueño.
A pesar de todo,
soy de los que no entierran la esperanza.



Humberto Ak´abal
Poeta guatemalteco maya-quiché


Fotografía: Sandra Sebastián
Marcha Indígena Campesina y Popular 2012

martes, 20 de marzo de 2012

Cuando me amé de verdad- Charles Chaplin.


Cuando me amé de verdad comprendí que en cualquier
circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora
correcta y en el momento exacto y entonces, pude relajarme.
... Hoy sé que eso tiene un nombre…”AUTOESTIMA”

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y
mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy
contra mis propias verdades.
Hoy sé que eso es…”AUTENTICIDAD”

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera
diferente y comencé a ver todo lo que acontece y que contribuye a
mi crecimiento.
Hoy eso se llama…”MADUREZ”

Cuando me amé de verdad, comencé a percibir como es
ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, solo
para realizar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el
momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre de eso es…”RESPETO”

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que
no fuese saludable…, personas, situaciones, todo y cualquier cosa
que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó esa actitud
egoísmo.
Hoy se llama…”AMOR PROPIO”

Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí
de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero
y a mi propio ritmo.
Hoy sé que eso es…”SIMPLICIDAD”

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y
con eso, erré menos veces.
Hoy descubrí que eso es la…”HUMILDAD”

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y
preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es
donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.
Y eso se llama…"PLENITUD”

Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y
decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, ella
tiene una gran y valiosa aliada.
Todo eso es…"SABER VIVIR!"

"No tengamos miedo:
…los planetas también chocan, y del caos, nacen las estrellas."

lunes, 19 de marzo de 2012

Las demandas de los pueblos


En Guatemala los primeros derechos fueron formulados en 1890 en los “Los Apuntamientos de Agricultra y Comercio del Reino de Guatemala”. También en la primera Constitución de la Federación Centroamericana. Esta última mencionaba los derechos a: la vida, la libertad, la expresión, la igualdad ante la ley, la libertad de locomoción y se expresa contra la servidumbre.

En 1837 y en 1839 fueron autorizados dos declaraciones de los Derechos de los habitantes de Guatemala. Con el tiempo se fueron modificando los derechos de las personas, puede decirse que tendían a fortalecerles. Sin embargo, de 1956 a 1965 hay un retroceso en la materia, pero con la Constitución de 1985 se elevó la declaración de derechos al nivel de las Consituciones contemporáneas.

Esas declaraciones y leyes existen, escritos, muchas no son puestos en practica. Eso lo manifestaron los respresentantes de diferentes pueblos de Guatemala, la mayoría identificada con su grupo lingüístico, a la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, Naby Pillay.

Se concentraron la semana pasada en el estadio Atanasio Tzul, en Totonicapán, en medio de una fria llovizna proveniente del bosque, el Corazón del Pueblo le llaman sus pobladores.

Si bien se dice que a mayor denuncia, mayor eficacia en las instituciones, para muchas comunidades esa frase no aplica en el país. Debido a la imposibilidad de que se cumplan sus derechos, y que por el contrario, se quebranten, los representantes de los pueblos expusieron sus casos a la funcionaria de las Naciones Unidas.

Divididos en bloques y conformados de acuerdo a sus demandas, los representantes de los pueblos expusieron los casos en donde se han violentado sus derechos. Cualquier parecido entre las denuncias no fue pura coincidencia.

Denunciaron los peligros que ocasiona la actividad minera, cementera e hidroeléctrica en sus territorios. Así también, denunciaron el irrespeto a las consultas comunitarias, en las que pese a desaprobar la explotación minera, el estado las ha autorizado. También denunciaron asesinatos y criminalización de líderes indígenas y campesinos; el racismo y descriminación, entre otras cosas. Demandaron el respecto a sus derechos.

Guatemala es miembro de las Naciones Unidas desde su creación, el 21 de noviembre de 1945. El Estado guatemalteco convino en la Carta de dicho organismo, que entre otras finalidades, reafirmaría “la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas”

Los derechos son civiles, culturales, económicos, políticos o sociales.

Los derechos son si se tienen, y se disfrutan.

*Con información de las Naciones Unidas.

Galería de Imágenes: CLIC AQUÍ

Por: Sandra Sebastian

viernes, 16 de marzo de 2012

Fragmento de ‘Piedra de Sol’, de OCTAVIO PAZ



“(…) —¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?,
¿cuándo somos de veras lo que somos?,
bien mirado no somos, nunca somos
a solas sino vértigo y vacío,
muecas en el espejo, horror y vómito,
nunca la vida es nuestra, es de los otros,
la vida no es de nadie, todos somos
la vida —pan de sol para los otros,
los otros todos que nosotros somos—,
soy otro cuando soy, los actos míos
son más míos si son también de todos,
para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros,
la vida es otra, siempre allá, más lejos,
fuera de ti, de mí, siempre horizonte,
vida que nos desvive y enajena,
que nos inventa un rostro y lo desgasta,
hambre de ser, oh muerte, pan de todos (…)”

OCTAVIO PAZ
(Del poema ‘Piedra de Sol’,
publicado en 1957)

De ranas y bueyes



En su maravillosa obra “El laberinto de la soledad”, Octavio Paz describe el ninguneo como una de las prácticas características del mexicano. 

Podríamos decir que el ninguneo es un acto consciente por medio del cual un individuo busca no solo ignorar al «otro», sino anularlo completamente. Reducirlo a la nada. En palabras del autor, el ninguneo consiste en «hacer de Alguien, Ninguno».

Aunque Octavio Paz se refería al mexicano específicamente, su idea puede extrapolarse a Guatemala y a muchas otras partes del mundo. Aquí, la práctica es hartamente conocida: un individuo ningunea a otro cuando este muestra cualquier indicio de grandeza, y lo hace no solo no reconociéndolo, sino menospreciándolo y denigrándolo, hasta volverlo invisible.  

La inclinación a ningunear nace de un profundo temor a reconocer la grandeza de otros, pues hacerlo implica reconocer la pequeñez propia. Visto de esta manera, podríamos interpretar el ninguneo como un mecanismo de defensa, el cual le permite al ninguneador mantener intacta la imagen que tiene de sí mismo, y continuar así su vida con la conciencia tranquila. «Re-conocer la bajeza de los otros es justificar la propia», dice Dante Liano, y como toda justificación, el ninguneo es, en el fondo, un acto de sobrevivencia.    

Pero sería un error asumir que esta actitud autodestructiva es característica exclusiva de México y de Guatemala, pues está basada en un sentimiento de inferioridad que comparten muchas otras sociedades del mundo. Fue este el sentimiento que el agudo militante anticolonial, Frantz Fanon, reconoció en su isla natal, Martinica, a mediados del siglo pasado, cuando observó que los martiniqueses que iban a estudiar a Francia y luego regresaban a la isla, disimulaban su acento criollo. De hecho fueron justamente las obras de Fanon las que, después del barullo de la Segunda Guerra Mundial, dieron lugar a una serie de estudios sobre los efectos del colonialismo y del imperialismo en las sociedades subyugadas. Estos estudios sacaron a luz el hecho de que esa conciencia de creerse inferior es compartida por una multitud de seres humanos en el planeta, la mayoría habitantes de países que fueron, en algún momento de su historia, colonias de otros. Hoy en día, estos estudios son indispensables para entender lo que se conoce desde entonces como el «Tercer Mundo».

Y aquí podemos encontrar uno de los meollos del asunto: el sentimiento de inferioridad radica en el hecho de que las sociedades del llamado «Tercer Mundo» a menudo fijan su mirada en el «Primer Mundo» para modelar sus vidas. Nace entonces la conciencia de ser «subdesarrollados», de ser «tercermundistas», y el país nos aplasta como la culebra de Miguel Ángel Asturias, «una culebra de seiscientas mil vueltas de lodo, luna, bosques, aguaceros, montañas, pájaros y retumbos que sentía alrededor del cuerpo», y que sentimos también nosotros.

Decir esto no es nada nuevo. Lo han señalado varios intelectuales latinoamericanos a través de la historia. Pero nunca está de más recalcarlo, pues sus efectos generalmente pasan desapercibidos entre las sutilezas del día a día. Y es que esta conciencia de creerse inferior permea absolutamente todos los aspectos de nuestras vidas. Como solía decir Mario Monteforte Toledo, «Lo que pasa es que el subdesarrollo también es integral».
Utilizando todo su ingenio, algunos sociólogos han inventado términos que nos pueden servir para describir esta nefasta experiencia que trasciende la mente. Son «disposiciones corporales», diría el sociólogo Pierre Bourdieu. Disposiciones corporales que inconscientemente nos empujan a agachar la cabeza cuando saludamos a un extranjero, como si le debiéramos pleitesía, o a cambiar de acento y sustituir el «vos» por el «tú» cuando nos acercamos a alguien de afuera que no habla nuestro idioma. Nosotros nos acoplamos. Somos condescendientes. Nos comportamos como el agua que adquiere la forma del recipiente que la contiene, o como la hiedra trepadora que dibuja el contorno del árbol al que se aferra.

Pero este sentimiento de inferioridad también nos empuja hacia el otro extremo, a ser violentos, aunque de una manera más silenciosa y menos cuantificable que la violencia que aparece a diario en los medios. Es la violencia de lo que menciona Dante Liano, la violencia de las palabras del «amigo» cuando nos consuela luego de escuchar alguna desgracia nuestra, cuando en el fondo realmente se enorgullece y disfruta del hecho que la desgracia no le haya ocurrido a él. Es la violencia de la mirada despectiva del que tiene dinero, cuando la dirige a los que no lo tienen como si esto dependiera completamente de ellos. Es la violencia del tono de voz somatado del ama de casa, que trata a la «muchacha» de «mija» y con un «vos» que no tiene nada que ver con el «vos» que usamos para tratar a los que queremos. Es la violencia de la puerta cerrada de la oficina del que ocupa un puesto más alto que el nuestro, que trata de forzarnos a reconocerlo por medio de la opresión, el autoritarismo y el silencio, a pesar de que su logro carezca totalmente de mérito. Es la violencia del pie del conductor, que al observar que le pedimos vía, acelera para impedirnos el paso. Es la violencia del rostro de sinceridad del gobernante cuando le miente a su gente sin mostrar señal de remordimiento alguno. Es, en fin, una violencia que brota de un espíritu herido; una violencia que viene de la amargura de un alma parcialmente amputada que busca completarse por la fuerza machucando a otros.

La moraleja de todo esto la podemos encontrar en una de las fábulas atribuidas a Esopo, La fábula de la rana y el buey. Cuenta una de las versiones que una rana deseaba tanto ser del tamaño de un buey, que se tapó la boca con un dedo y sopló y sopló hasta inflarse como un globo. Su lógica le falló, claro está, pues de tanto soplar y soplar, la piel se le comenzó a desdibujar de estrías y llagas, hasta que explotó. La rana murió sin haber logrado su objetivo de ser del tamaño de un buey, y sin haber experimentado nunca la conciencia de saberse completa.                  
           
Fuente: PlazaPública
Por: Daniel Núñez

jueves, 9 de febrero de 2012

Ricardo Arjona - Fuiste tú feat. Gaby Moreno HD



El cantautor guatemalteco Ricardo Arjona anunció en Twitter que el 9 de febrero será el lanzamiento del video oficial de su reciente tema Fuiste tú, que interpreta con su compatriota Gaby Moreno.

“Es todo un recorrido por Guatemala”, refirió el artista en la popular red social. Además, agregó un enlace donde se aprecia la grabación detrás de cámaras del trabajo audiovisual que protagonizó en su país natal a finales de diciembre. 

Para realizar el trabajo, el artista viajó a seis diferentes lugares del país, entre estos Panajachel, Sololá, para mostrar al mundo la belleza de Guatemala.

Dicho tema se desprende de su reciente disco Independiente, que se lanzó el 4 de octubre del 2011.
Se tiene previsto que el cantante se presente en Guatemala, el 31 de marzo, en el estadio Mateo Flores, como parte de su gira Metamorfosis World Tour.



licencia creative commons
Franja típica, traje de Loy
Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Diseñado Por Tolimán en un CLIC | Configurado Por Heber Pérez - Pueblo CLIC | Pueblo CLIC 2.0