ACLARACIÓN IMPORTANTE
Respetables lectores; los contenidos y artículos aquí publicados son responsabilidad de sus autores y no representa necesariamente las opiniones de los editores o propietarios de este sitio web.

Gracias por tu comprensión puebloclic@yahoo.com

Galeria de Arte Tavo Juarez
Franja típica, traje de Loy

miércoles, 28 de diciembre de 2011

15 años después, la paz firme y duradera no ha llegado


Las expectativas puestas sobre Guatemala en el ámbito internacional y por supuesto, las puestas por los mismos guatemaltecos radicados en el país y más por aquellos hasta ese momento vivían en el exilio, hace 15 años, con la firma del último acuerdo entre la guerrilla y el ejército de Guatemala para terminar con 36 años de guerra, parece que se fueron desvaneciendo al no mostrarse, resultados alentadores.

El final de una guerra interna donde murieron hombres, mujeres y niños en su mayoría ajenas al conflicto o en todo caso seducidas por uno de los bandos que prometía un país igualitario por un lado, y libre por el otro, no dejaba de abrir una ventana de esperanza a un país donde dejara de correr la sangre de hermanos y se entrara en un proceso de paz y desarrollo.
 
En ese 29 de diciembre de 1996, estaban en el país hombres de Estado, gobernantes de muchos países del mundo, las televisoras informaban en directo de la culminación de uno de los conflictos más largos del continente. En medio de la euforia los países miembros de la comunidad internacional ofrecían millones de dólares para refundar el país sobre bases distintas a las que dieron razón de ser al conflicto, se tenía la intención de llevar a cabo en pocos años el cumplimiento de dos acuerdos sustantivos, el de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas y el Socioeconómico y de Situación Agraria que se suponía podrían revertir años de discriminación, racismo, exclusión, centralismo y desatención de las necesidades de las grandes mayorías.

Pero, como sucede con la mayoría de cosas en Guatemala, todo parece que quedó en buenas intenciones. En 15 años perdimos la oportunidad de llegar a un nuevo contrato social lo cual trajo nuevos enemigos de la paz como el narcotráfico, tráfico de personas, contrabando de armas, que ahora cobra más vidas que la misma guerra. No construimos institucionalidad y por tanto hoy la administración pública está mucho más corrompida que durante el conflicto, no tenemos partidos políticos verdaderos que intermedien entre la sociedad civil y el gobierno, los aparatos de seguridad están infestados de malos elementos, y la organización social es mucho más débil, más clientelar, concentrada en figurones que luego se convierten en altos funcionarios de gobierno. La justicia tampoco tiene avances sustantivos, sigue lenta, sesgada y distingue posiciones sociales y económicas para aplicarse.

Sería ingenuo, no reconocer que no vivimos en paz. Somos más violentos en lo individual, hay más violencia intrafamiliar además de agregar una escalada en los crímenes contra las mujeres que no se veía en el conflicto.  Los muertos anuales en Guatemala exceden por mucho a los que se daban durante el conflicto, esta vez, sin guerra declarada.

Solamente en la capital, se habla de un gasto de casi el millón de quetzales para ‘celebrar’ estos 15 años de la Firma de la Paz, una celebración que dista mucho del anhelo de ese 1996.

Solo reconociendo que ese proceso de paz fue una farsa para dar paso al crimen organizado bajo la envoltura de una democracia, podemos ocuparnos en una nueva convocatoria para lograr, ahora sí, un gran acuerdo nacional donde todos cedamos un poquito, pero de verdad lo hagamos, porque por mantener nuestros privilegios el país se nos está yendo de las manos.

 Imagen Nodo50


0 comentarios:

Publicar un comentario

""La información es, ha sido y deberá seguir siendo libre. Acceder a la información no es el privilegio de unos cuantos. Acceder a la información es un derecho humano, inviolable e inalienable". Todas las dictaduras, de derechas y de izquierdas, practican la censura y usan el chantaje, la intimidación o el soborno para controlar el flujo de información. Se puede medir la salud democrática de un país evaluando la diversidad de opiniones, la libertad de expresión y el espíritu crítico de sus diversos medios de comunicación". Salman Rushdie

licencia creative commons
Franja típica, traje de Loy
Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Diseñado Por Tolimán en un CLIC | Configurado Por Heber Pérez - Pueblo CLIC | Pueblo CLIC 2.0